JUAN RAMOS APARICIO, MAESTRO Y POETA
“Sueñas a
Arroyo despierto, que es el sueño más feliz en el
reloj de la
vida del hombre”
“Encinas,
recias encinas, en mis pupilas grabadas, con
rebaños de
merinas, en sus dehesas calladas.”
En callejero
eterno.
:_:_:_:_:_:_:
No cantas
ya, Juan,
Juan, ya no
cantas,
como canta
el grillo,
como canta
el viento,
como canta
la calandria,
como has
cantado
a nuestra
Madre Santa.
Pero
seguirás cantando
a los justos
arroyanos,
a los
angelitos del cielo,
desde tus
Cuatro Esquinas
a los
eternos Palacios:
el devenir
de la Villa,
las églogas
de sus campos,
el amor de
tu pueblo...
Me sobra
tiempo, en parte. Me falta espacio. Por ello, antes
que finalice
este trabajo, que ya muy pronto su “finis coronat opus”
le pongo,
quiero dejar constancia de esto. Como hice con los otros
literatos
ilustres, los hermanos Caba, Hijos Predilectos, como
también fue
distinguido Juan Ramos por nuestro pueblo: a mi tío,
a mi colega,
a mi amigo, a mi maestro en las letras, con todo mi
cariño el
título y el texto de este relato a él dedicado.
Alonso Ramos Espadero: “Artículos
varios, con poco de algo
Dice el
refranero español: “Es de bien nacido el ser
agradecido”.
La gratitud es la flor más hermosa que nace en el
hombre, en
el jardín de su corazón honesto. Creo que el elogio, el
halago, la
alabanza que uno vierte hacia un hombre bueno y
honrado,
demuestra ser uno mismo. Difícil lo tengo al escribir,
pues en este
caso no pretendo un ditirambo, puede que una
semblanza.
Junto a la luz, la forma, la poesía que se merece,
cumpla
mejor, si mi palabra es sencilla. Juan lo tiene bien
merecido por
haber sido un hombre de corazón anchuroso con
todos. Por
ser un hombre honesto, amable, atento, cariñoso,
generoso,
por ello y por sus escritos por muchos reconocidos.
Entre el
cariño, la amistad, el parentesco, tengo ante mí a mi
maestro, mi
espejo en mis composiciones. Es difícil hacerlo, al
recordarlo,
que mi canto a él, hoy, aquí y ahora, poniendo con mi
carboncillo
afilado todo mi empeño.
Con motivo
aparecido o sin él, las musas me inspiraron
y mis
versos, cantaron a Juan Ramos, en su momento, en
vida, claro.
In memoriam, parte de mis poemas escritos, tras
su deceso,
vieron la luz pública en la página web del ateneo
de arroyo de
la Luz, nuestro pueblo. Su hijo Vicente, mi primo y
amigo,
conserva una recopilación sobre lo más significativo que
sobre la
singular figura de su padre he escrito.
En el Campo
Santo de Barcajadillo, cementerio municipal
de Arroyo de
la Luz, descansan sus huesos, desde su óbito 23-
08-09. En el
obituario reza su edad de noventa y cuatro años.
Su alma se
ha marchado para siempre, dejando los palacios
terrenales,
a las Cuatro Esquinas infinitas. Se ha ido a una edad
en la que
sólo ella, los años vividos, son motivo de adiós. Nos
ha dejado un
hombre bueno, un hombre que saludaba a todo el
mundo de
forma afable, un feraz maestro por parte del territorio
nacional, un
sencillo poeta, un pregonero de su pueblo, de su
Patrona, de
su Feria. Fue responsable, puntual, entregado como
concejal,
como juez de paz. Fue un servidor, al reclamo, siempre
dispuesto.
Se ha secado una agraciada y frondosa clavellina de
Alonso Ramos
Espadero: “Artículos varios, con poco de algo
la poesía
arroyana. Te tendremos siempre, aunque en tu numen
murieran ya
los sueños. Vivirás junto a los tuyos, junto a los míos
y al morir
yo, también como tú, deseo descansar junto a mis
muertos.
La gratitud,
como ya he dicho, es la flor más hermosa que
nace en el
hombre, en el jardín de su corazón honesto. Como
otros
lectores, como otros escritores has leído mis trabajos, dos
de ellos, de
los primeros me los has prologado, Mucho es en lo
que me has
orientado, especialmente en el campo de la poesía,
pues mi
prosa siempre la has ensalzado. Por ello, mi gratitud ya te
la expresé
en vida, cantándote con mis diletantes poemas. Canté
tus
virtudes, cuando las musas acudían a al estro de mi momento.
Pregoné tu
obra. Ahora, más breve, la recuerdo, la expongo,
condolido
con tu muerte.
De Juan
Ramos todo está dicho y escrito en prólogos de
sus libros,
en comunicaciones epistolares de eminentes literatos,
en
dedicatorias de los autores al fiel amigo... Pero A la sencillez
y prestancia
de su imagen, al verbo cálido, a vasta memoria,
al saber
estar, a la prosa de agradecimiento y amistad, a las
piérides de
último brindis, a musas de a solas con mi alma, a
trovas de
pajaritos dormidos, al poeta de su pueblo, al pregonero,
al
prologuista de los demás, al escritor de presentación, de
agradecimiento
obligado, en nombre de muchos, gracias. Sí a ti,
Juan, un
hombre, como pocos entregado, enamorado de la gente
y de las
cosas de su pueblo, que espera que tu nombre se incluya
en el
callejero arroyano. Ya en su día lo pedí. Lo sigo esperando.
Alonso Ramos
Espadero: “Artículos varios, con poco de algo
Jerez,
artículos iniciados en el verano del 14
Alonso Ramos
Espadero
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