lunes, 9 de febrero de 2015

POETA, JUAN RAMOS APARICIO



 




















JUAN RAMOS APARICIO, MAESTRO Y POETA
“Sueñas a Arroyo despierto, que es el sueño más feliz en el
reloj de la vida del hombre”
“Encinas, recias encinas, en mis pupilas grabadas, con
rebaños de merinas, en sus dehesas calladas.”
En callejero eterno.
:_:_:_:_:_:_:
No cantas ya, Juan,
Juan, ya no cantas,
como canta el grillo,
como canta el viento,
como canta la calandria,
como has cantado
a nuestra Madre Santa.
Pero seguirás cantando
a los justos arroyanos,
a los angelitos del cielo,
desde tus Cuatro Esquinas
a los eternos Palacios:
el devenir de la Villa,
las églogas de sus campos,
el amor de tu pueblo...
Me sobra tiempo, en parte. Me falta espacio. Por ello, antes
que finalice este trabajo, que ya muy pronto su “finis coronat opus”
le pongo, quiero dejar constancia de esto. Como hice con los otros
literatos ilustres, los hermanos Caba, Hijos Predilectos, como
también fue distinguido Juan Ramos por nuestro pueblo: a mi tío,
a mi colega, a mi amigo, a mi maestro en las letras, con todo mi
cariño el título y el texto de este relato a él dedicado.
Alonso Ramos Espadero: “Artículos varios, con poco de algo
Dice el refranero español: “Es de bien nacido el ser
agradecido”. La gratitud es la flor más hermosa que nace en el
hombre, en el jardín de su corazón honesto. Creo que el elogio, el
halago, la alabanza que uno vierte hacia un hombre bueno y
honrado, demuestra ser uno mismo. Difícil lo tengo al escribir,
pues en este caso no pretendo un ditirambo, puede que una
semblanza. Junto a la luz, la forma, la poesía que se merece,
cumpla mejor, si mi palabra es sencilla. Juan lo tiene bien
merecido por haber sido un hombre de corazón anchuroso con
todos. Por ser un hombre honesto, amable, atento, cariñoso,
generoso, por ello y por sus escritos por muchos reconocidos.
Entre el cariño, la amistad, el parentesco, tengo ante mí a mi
maestro, mi espejo en mis composiciones. Es difícil hacerlo, al
recordarlo, que mi canto a él, hoy, aquí y ahora, poniendo con mi
carboncillo afilado todo mi empeño.
Con motivo aparecido o sin él, las musas me inspiraron
y mis versos, cantaron a Juan Ramos, en su momento, en
vida, claro. In memoriam, parte de mis poemas escritos, tras
su deceso, vieron la luz pública en la página web del ateneo
de arroyo de la Luz, nuestro pueblo. Su hijo Vicente, mi primo y
amigo, conserva una recopilación sobre lo más significativo que
sobre la singular figura de su padre he escrito.
En el Campo Santo de Barcajadillo, cementerio municipal
de Arroyo de la Luz, descansan sus huesos, desde su óbito 23-
08-09. En el obituario reza su edad de noventa y cuatro años.
Su alma se ha marchado para siempre, dejando los palacios
terrenales, a las Cuatro Esquinas infinitas. Se ha ido a una edad
en la que sólo ella, los años vividos, son motivo de adiós. Nos
ha dejado un hombre bueno, un hombre que saludaba a todo el
mundo de forma afable, un feraz maestro por parte del territorio
nacional, un sencillo poeta, un pregonero de su pueblo, de su
Patrona, de su Feria. Fue responsable, puntual, entregado como
concejal, como juez de paz. Fue un servidor, al reclamo, siempre
dispuesto. Se ha secado una agraciada y frondosa clavellina de
Alonso Ramos Espadero: “Artículos varios, con poco de algo
la poesía arroyana. Te tendremos siempre, aunque en tu numen
murieran ya los sueños. Vivirás junto a los tuyos, junto a los míos
y al morir yo, también como tú, deseo descansar junto a mis
muertos.
La gratitud, como ya he dicho, es la flor más hermosa que
nace en el hombre, en el jardín de su corazón honesto. Como
otros lectores, como otros escritores has leído mis trabajos, dos
de ellos, de los primeros me los has prologado, Mucho es en lo
que me has orientado, especialmente en el campo de la poesía,
pues mi prosa siempre la has ensalzado. Por ello, mi gratitud ya te
la expresé en vida, cantándote con mis diletantes poemas. Canté
tus virtudes, cuando las musas acudían a al estro de mi momento.
Pregoné tu obra. Ahora, más breve, la recuerdo, la expongo,
condolido con tu muerte.
De Juan Ramos todo está dicho y escrito en prólogos de
sus libros, en comunicaciones epistolares de eminentes literatos,
en dedicatorias de los autores al fiel amigo... Pero A la sencillez
y prestancia de su imagen, al verbo cálido, a vasta memoria,
al saber estar, a la prosa de agradecimiento y amistad, a las
piérides de último brindis, a musas de a solas con mi alma, a
trovas de pajaritos dormidos, al poeta de su pueblo, al pregonero,
al prologuista de los demás, al escritor de presentación, de
agradecimiento obligado, en nombre de muchos, gracias. Sí a ti,
Juan, un hombre, como pocos entregado, enamorado de la gente
y de las cosas de su pueblo, que espera que tu nombre se incluya
en el callejero arroyano. Ya en su día lo pedí. Lo sigo esperando.
Alonso Ramos Espadero: “Artículos varios, con poco de algo
Jerez, artículos iniciados en el verano del 14
Alonso Ramos Espadero

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