Ateneo de Arroyo de la Luz

Cada 11 de marzo me despierta el vuelo de los ángeles
para recordarme un atentado cruel y sin sentido.
Para esos ángeles despiertos que viven en las estrellas
y que pensamos dormidos, va hoy mi poema.
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LOS ÁNGELES AZULES.
Cada once de marzo me despiertan
con el roce infinito de sus alas...
Y me lluevo en amor por cada poro
y en quienes fueron todo y ya son nada.
Ángeles de azul en vuelo eterno,
sosegado tal vez, sobre las auras.
¡Cuánto dolor me gime en el costado
en este marzo azul y su alborada!
¡Qué sentimiento enerva la injusticia!
¡Cuánto dolor discurre por el alma!
¡Cuanta rabia impotente me circunda
esa sangre tan vuestra derramada!

Qué cobardes acciones tiene el hombre
convirtiendo a los dioses en la nada.
Los dioses son la vida y cuidan vida,
ellos no matan, nunca matan.
Es el hombre confuso en sus ideas
quien nos siega la vida a desbandada.

Cada once de marzo me despiertan
los muertos que suspiran sobre el alba...
¡Criaturas de azul, tomad mi verso,
con el amor sentido de mi alma!
¡Vuestras alas me siembran arreboles
en este brillo amargo de mis lágrimas!
E. San juan