VIRGEN DE LA LUZ AMADA
***
(A la ya coronada, Virgen de la Luz,
Patrona de Arroyo de la Luz, en su año Jubilar)
.-.-.-.-.
¡Ay, la dehesa de la luz
en mi corazón clavada
y en los labios de la tarde
el carmesí se desangra.
Las ramas de las encinas
aplauden enamoradas,
mientras la luz del silencio
penetra sobre las almas.
Se ve la Ermita a lo lejos
cómo paloma en la rama
sobre un mantel verde-claro,
dibujo de una arroyana.
¡Virgen buena de la Luz!
¡Rosa púrpura del alba!
¡Divina Luz de los cielos
aquí en el templo callada!
Cuando llega el peregrino
a ésta tu bendita casa
la luz de tus ojos rompe
el misterio de la nada.
Llueven claveles del aire
y te aplauden, Virgen Santa,
y en el vitral del oeste
siete colores te hablan:
Virgen de la Luz, Estrella.
Luz de la Luz, Madre Santa.
Tesoro del firmamento
entre el rojizo y el grana.
De Arroyo, Madre divina.
Luz del cielo y de las almas.
Madre del Hijo más bueno
que en un vientre se formara.
Anidan sobre tus ojos
faroles de madrugada
y en los rizos de tu pelo
la brisa se duerme y calla.
Tus labios, Virgen bendita,
son del color de la grana
y van rezando en silencio
por quien te llora y te canta.
Virgen de Amor, Cielo azul.
Infinita Luz Sagrada.
Vela por todos nosotros,
Divina y fiel abogada.
Virgen buena. Luz del Cielo.
El que sediento a Ti vaya
volverá sin sed y amando
con tu luz en las entrañas.
En este año de júbilo,
Patrona y linda arroyana,
te rogamos cómo siempre
que vivas en nuestras almas.
***
Madrid, 8 de febrero de 2014
Eladio San Juan
***
(A la ya coronada, Virgen de la Luz,
Patrona de Arroyo de la Luz, en su año Jubilar)
.-.-.-.-.
¡Ay, la dehesa de la luz
en mi corazón clavada
y en los labios de la tarde
el carmesí se desangra.
Las ramas de las encinas
aplauden enamoradas,
mientras la luz del silencio
penetra sobre las almas.
Se ve la Ermita a lo lejos
cómo paloma en la rama
sobre un mantel verde-claro,
dibujo de una arroyana.
¡Virgen buena de la Luz!
¡Rosa púrpura del alba!
¡Divina Luz de los cielos
aquí en el templo callada!
Cuando llega el peregrino
a ésta tu bendita casa
la luz de tus ojos rompe
el misterio de la nada.
Llueven claveles del aire
y te aplauden, Virgen Santa,
y en el vitral del oeste
siete colores te hablan:
Virgen de la Luz, Estrella.
Luz de la Luz, Madre Santa.
Tesoro del firmamento
entre el rojizo y el grana.
De Arroyo, Madre divina.
Luz del cielo y de las almas.
Madre del Hijo más bueno
que en un vientre se formara.
Anidan sobre tus ojos
faroles de madrugada
y en los rizos de tu pelo
la brisa se duerme y calla.
Tus labios, Virgen bendita,
son del color de la grana
y van rezando en silencio
por quien te llora y te canta.
Virgen de Amor, Cielo azul.
Infinita Luz Sagrada.
Vela por todos nosotros,
Divina y fiel abogada.
Virgen buena. Luz del Cielo.
El que sediento a Ti vaya
volverá sin sed y amando
con tu luz en las entrañas.
En este año de júbilo,
Patrona y linda arroyana,
te rogamos cómo siempre
que vivas en nuestras almas.
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Madrid, 8 de febrero de 2014
Eladio San Juan
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