AL POETA CAMPESINO
(Para Aureliano
Jiménez Lucas,
en el día de su
vuelo a las estrellas).
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¡Llorad campanas del Santo!
¡Llorad de pena conmigo,
que se nos fue un hombre bueno:
“el poeta campesino”!
Se durmió en la primavera,
callado, de rosa y lirio.
¡El poeta de los campos,
entre sus versos queridos!
Poemas del alma todos
los que cantó el campesino.
Aureliano, compañero.
Será la voz del destino
que te levantó las alas
para hacerte más divino.
Poemas, los tuyos eran
flores y campo a lo vivo.
Naturaleza
guardada
en tu corazón de niño.
Caminas ya para el cielo,
qué pena tengo, mi amigo.
Ya te vas, poeta amante,
querido amigo, te has ido.
Y yo, sin poder hablarte.
Sin haberte despedido.
Sólo me queda el consuelo
de tu recuerdo querido.
De tus versos que se quedan
en “La voz del campesino”.
En ellos pondré
mis manos
para hablarte, buen amigo.
Para decirte hasta siempre
De corazón te lo digo.
Te fuiste con quien querías,
con tu amada y su cariño.
Tus versos y tus palabras,
aún las oigo en mis oídos.
Eras tan buen compañero,
tan cariñoso conmigo,
que te llevo en esta pena
y en el corazón metido.
¡Adiós, amigo Aureliano!
¡Hasta siempre, buen amigo!
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Madrid, 13 de mayo de 2015.
Eladio Sanjuán Brasero
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