Se fue tu esposa, querido amigo.
Un ángel tatuado en la semblanza
del amor y la entrega en tu cariño.
Una voz del silencio y la esperanza
derramada en su aliento definido.
Una voz que callada fue añoranza
de seguir en el hueco de tu nido.
Arrastraba sus pies en dulce danza
y hablaba del amor siempre contigo.
Era nardo su rostro, hoy luz del alba,
encendido arrebol ya derretido
en ese cielo azul que nunca acaba.
Hoy se ha callado, Paula. Su camino,
es el amor prendido en esta lágrima,
es el recuerdo eterno en el amigo
que se derrama en llanto por la amada.
El escritor temblando se hace signo
y te imprime en su letra consagrada.
Hoy Patricio, tu amor, llora ante el lirio
que le crece en el pecho y en el alma.
Hoy Patricio, se duele en su destino
por tu subida al cielo, dulce Paula.
D. E. P.
Eladio San Juan Brasero
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