domingo, 6 de julio de 2014

ATENTADO EN MADRID EN 1906

Atentado terrorista en Madrid


Luis Fonseca Cabañero falleció, junto a otras 24 personas, en el ataque que sufrió Alfonso XIII el día de la boda real con Victoria Eugenia de Battegberg

NOTICIA DE Francisco Javier García Carrero Doctor en Historia04/07/2014

                                                                              4

España ha sido uno de los países europeos que históricamente más ha sufrido la lacra del terrorismo. Muchos años antes que los españoles desgraciadamente se familiarizaran con la violencia de la banda terrorista ETA, nuestro país ya había padecido numerosos actos violentos que habían sembrado de luto a la sociedad española, bien fuese en las más altas instituciones o bien en los ciudadanos más modestos.

Aunque ya se había producido algún atentado dramático con anterioridad a esta cronología, será en los últimos años del siglo XIX y primeros años del XX cuando España conoció la espectacularidad de estos delitos que en ocasiones eran meros actos de venganzas sobre un agravio anterior. De esta forma, uno de los que más repercusión mediática tuvo en aquellos instantes fue el que se produjo el 7 de noviembre de 1893 cuando un anarquista lanzó una bomba en el Liceo de Barcelona provocando la muerte de veintidós personas y resultando gravemente heridos otros treinta y cinco.
Mayor espectacularidad, si cabe, fue el que tuvo lugar el 7 de junio de 1896 cuando en plena procesión del Corpus Christi barcelonés se lanzó una bomba contra la muchedumbre que segó la vida de doce personas, tres de ellas de manera instantánea. Como respuesta a las detenciones que ese atentado produjo, el 8 de agosto de 1897 otro anarquista asesinó al presidente del Gobierno, el conservador Antonio Cánovas del Castillo cuando estaba descansando en el balneario de Santa Águeda en Guipúzcoa.
No obstante, el atentado terrorista planificado para causar un mayor impacto nacional e internacional fue el que tuvo lugar en Madrid el día 31 de mayo de 1906 y coincidente con la boda de los reyes de España, Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battenberg. Aquel intento de magnicidio perpetrado por el anarquista Mateo Morral no consiguió el objetivo propuesto, la muerte de los monarcas, pero sí consiguió que veinticinco personas de las que observaban el cortejo nupcial perdieran la vida y, además, más de cien resultaran gravemente heridas.
Aunque estos hechos son relativamente conocidos por muchos de nuestros paisanos, lo que ya conocen bastantes menos es que entre los veinticinco cadáveres que aquel atentado terrorista produjo se encontraba un joven arroyano llamado Luis Fonseca Cabañero. Con este simple dato pocos serán los vecinos que consigan reconocer en él a uno de sus antepasados. No obstante, si afirmamos que la víctima a la que hacemos referencia era el cuñado de doña Jacoba, la gran maestra de tantas y tantas niñas de Arroyo, el desconocimiento para la mayoría de mis paisanos habrá llegado a su fin.
Efectivamente, Luis Fonseca Cabañero, nacido en 1883 en Madrid, fue uno de los asesinados en el atentado terrorista contra los reyes de España. Era hijo de Álvaro Fonseca que había sido director del Hospital del Niño Jesús en Madrid y de Sofía Cabañero y Cambronero y Martín de Retamosa, una señora integrante de la nobleza que se crió en París y donde coincidió con una de las hermanas del conde de Romanones. Fallecido Álvaro Fonseca, su viuda contrajo matrimonio en segundas nupcias con el médico titular de arroyo Ventura Gil-Toresano Ocaña. De este segundo matrimonio nacería un único hijo, Ricardo Gil-Toresano Cabañero, hermano por parte de madre del asesinado, y que con el tiempo se casó con doña Jacoba Franco, maestra a la que antes hicimos referencia, e hija, a su vez, de ese gran docente al que dedicamos un artículo en este mismo periódico no hace muchos meses.
Luis Fonseca Cabañero después de que su madre contrajera matrimonio con el médico afincado en arroyo Ventura Gil-Toresano, estuvo residiendo en nuestro pueblo durante varios años, e incluso en 1903 cuando fue llamado a filas para cumplir con el servicio militar decidió solicitar su inclusión en el alistamiento de esta villa dada la relación tan intensa que ya tenía con la misma. Poseía cédula personal de primera clase nº 291, una especie de DNI, expedida en el pueblo de Arroyo del Puerco. Estando residiendo en la localidad, su madre le convenció para viajar hasta la capital de España y estar presente en la ceremonia nupcial de los reyes. Madre e hijo emprendieron viaje hasta Madrid, ciudad a la que llegaron el martes 29 de mayo de 1906, dos días antes de la celebración del que se presumía iba a resultar un fausto acontecimiento. Durante estas jornadas en la capital Luis estuvo residiendo en la calle Olmo nº 2.
El día del atentado, como tantos y tantos madrileños, Luis Fonseca estaba viendo el cortejo nupcial que regresaba desde la iglesia de los Jerónimos con dirección al Palacio Real, una vez que se había formalizado el matrimonio entre Alfonso XIII y la reina Victoria Eugenia. Cuando la comitiva pasaba por la calle Mayor a la altura del nº 88, hoy nº 84, Mateo Morral arrojó una bomba oculta en un ramo de flores. El artefacto, lanzado desde el tercer piso del balcón donde se hospedaba el terrorista, no llegó a su destino final ya que tropezó con el tendido del tranvía, dejando ilesos a la pareja real aunque provocó la muerte de numerosas personas que veían el desfile en las calles.
El cuerpo sin vida de Luis Fonseca Cabañero fue reconocido por su propia madre que también se encontraba viendo el enlace de los reyes en un balcón contiguo al que ocupaba su hijo en el mismo edificio desde el que se lanzó la bomba aunque situado en un piso inferior; es decir en la segunda planta. El cadáver del joven presentaba "en la región frontal izquierda una gran herida con salida de masa cerebral y debajo de él un gran charco de sangre de la que están manchada la americana y chaleco de color gris oscuro y el pantalón de lana más oscuro. Se encontraba en decúbito supino, con los pies tocando la barandilla y la región glútea sobre el marco de madera del balcón y el resto del cuerpo dentro de la habitación". Además de la cédula personal que llevaba encima, al cadáver se le retiró un reloj, algo de dinero y otras pertenencias que fueron entregadas a su madre.
Luis Fonseca Cabañero, concluida las diligencias de reconocimiento y toda la instrucción de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, fue enterrado el domingo 3 de junio de 1906 en el cementerio de Nuestra Señora de la Almudena de Madrid. El oficio tuvo lugar a las cuatro de la tarde y entre el numeroso público asistente al sepelio, al margen de su familia más directa, se encontraban algunos amigos íntimos como Ricardo Sepúlveda o el doctor González Cerezo.
Luis Fonseca Cabañero no fue el único extremeño fallecido en aquel atentado terrorista. Teresa Ulloa, la joven hija de la condesa viuda de Adanero y de ascendencia cacereña; su cuñada, la marquesa de Tolosa; y un soldado de la Escolta Real natural de La Albuera llamado José Márquez García, completan la nómina de paisanos que perdieron la vida en aquel asesinato. Como recuerdo perenne de esas muertes todavía puede verse un monolito levantado en su honor y colocado delante de la iglesia Arzobispal Castrense de Madrid.
 El intento de magnicidio real no fue el último atentado terrorista espectacular que sufrió la capital de España durante los años del reinado de Alfonso XIII. Seis años después, el 12 de noviembre de 1912, en plena Puerta del Sol y mientras miraba los libros expuestos en una librería, fue asesinado el Presidente del Gobierno, el liberal José Canalejas. Unos años más tarde, el 8 de marzo de 1921, Eduardo Dato, Presidente del Gobierno, sufrió otro atentado terrorista ejecutado por un grupo de anarquistas catalanes que acabaron con su vida en plena Plaza de la Independencia de Madrid.
   ****
(Artículo de nuestro vocal de Historia, D. Francisco García Carrero, en HOY  de Arroyo.)

ENTREVISTA DEL PERIODICO LOCAL HOY A NUESTRA VICEPRESIDENTA: CARMEN SALOMÓN

'Todos mis libros son parte de mí, no tengo favorito'
"TODOS MIS LIBROS SON PARTE DE MI, NO TENGO FAVORITO"

La poetisa arroyana, está escribiendo en la actualidad relatos cortos y cuentos infantiles

Carmen Salomón: L.H.
  ********
Carmen Salomón, a sus 66 años, lleva toda una vida entre Madrid y Arroyo, pero en la actualidad vive en su pueblo. Es una persona humilde, como todos los grandes ya que es una poetisa con mayúsculas y  aunque ella dice que es una aprendiz de poeta.  En la actualidad es Vicepresidenta del Ateneo Cultural y Social.
¿Cómo ha sido tu vida desde que salió de Arroyo hasta su regreso?
Salí de Arroyo a los 12 ó 13 años a un pueblo de colonización como es Vegaviana. Con 19 años viaje  a Madrid por motivo de trabajo y el cambio fue abismal y no te digo para bueno como dice toda la gente.
-Se fue a un sitio desconocido
Pero lo que nunca se me olvidará es mi niñez en Arroyo, siempre he sido muy arroyana y siempre que hemos tenido ocasión he vuelto a mi pueblo. En Madrid he   hemos vivido bastante años pero siempre alternándolo con Arroyo, a mi marido le dieron de baja por enfermedad muy pronto, en el 79, con apenas 30 años de una enfermedad generativa del riñón. Por tanto hemos tenido mucho tiempo para ir y venir, y pasar las temporadas aquí, por lo cual creo que de Arroyo no me he alejado casi nunca. Nuca he dejado de hablar de mi pueblo a todo el que me ha querido escuchar. Mi vida fue al principio muy amarga, mi marido enfermó, mi hija murió. Y cuando en el 87 le pusieron el trasplante me empecé a involucrar en las casas regionales de Parla y Pinto
¿Desde qué edad comenzó a escribir?
He escrito de siempre, de muy chiquitita en el mes de mayo ya andaba echando versos clásicos en la escuela a la Virgen y con siete años en la iglesia de San Antón también echaba versos.  Pero lo primero que escribí fue cuando tuve mi primer sobrino que tendría yo 15 ó 16 años y me influyó mucho escribir cuando trabajaba en el campo recogiendo el algodón, me inspiraba mucho.  Empecé a escribir más en serio cuando tenía 18 años, cuando te enamoras y desenamoras. Me quiere,  ya no me quiere. Y después ya  me casé y lo dejé un poco por temas de enfermedades. Empecé a escribir más, a ser jurado para niños pertenecía a la asociación Carolina Coronado
¿Cuál fue la primera obra que escribió?
Fue 'El Caminar de una vida', en el año 89. Me lo pagué yo. Y después de presentarlo en Parla y en Pinto, lo hice en Arroyo, siendo Felicísimo Bello el alcalde. 'El Caminar de una vida' está escrito en creatividad primaria. No hay metáforas. No hay grandes cosas donde lloras por Extremadura, sin buscar sinónimos.
¿Sobre qué escribe?
He actuado en varios recitales, escribo sobre el amor y sobretodo he escrito sobre mi pueblo.  Entre a formar parte de la Asociación de Pinto y desde allí editábamos libros, se hacía un sorteo y al que le tocaba se le publicaba el libro. Por supuesto que nos costaba siempre dinero ya que la asociación éramos nosotros. Dicen mis compañeros que les enseñé a amar este pueblo. Entre ellos está Eladio San Juan que es un gran embajador de este municipio. Soy un poco tímida, no he vuelto a presentar en Arroyo nada. Mis libros están en la biblioteca pero no les he hecho publicidad.
¿Cuál es el mejor momento del día para escribir?
Yo siempre he escrito por la mañana. Puedo tener todo el tiempo del mundo y no escribir ni una gota, porque yo no llamo a escribir,  escribir me llama a mí. No puedes decir yo me siento ahora y escribo un poema.
¿Qué lo primero que recuerda que le publicaron?
Dos poemas en el libro de las fiestas de Arroyo, antiguamente publicaban poemas en ellos. Yo me llevé una gran sorpresa cuando publicaron dos míos. Y también me hizo mucha ilusión el ser pregonera por primera vez de la Virgen de la Luz en el año 1994 y después en el 2007.
¿De qué manera se ha involucrado en Arroyo?
Siempre que venía he colaborado mucho en todo, recuerdo un maratón con don José Luis Rojo, que se celebró para recaudar fondos para reparar el tejado de la iglesia de San Sebastián. También nos reuníamos un grupo en el Palacio para leer y hablar de  muchas cosas.
¿Cómo nació el Ateneo Cultural y Social de Arroyo?
Pensábamos en crear una Asociación y Loli, la mujer de Eladio nos dio el empujón que necesitamos, ella siempre está al pie del cañón y nos propone las ideas. Nos envió a conocer al alcalde Santos Jorna, que entonces llevaba un mes en su cargo y él nos propuso el crear al Ateneo. Hemos tenido mucho apoyo por parte del Ayuntamiento siempre y sobre todo por parte del público siempre nos acompaña.
¿Cómo decide o elige el autor el tema para escribir un libro?
Él me elige a mí. Cuando nace mi segundo libro  'El rosal negro', él me fue eligiendo. En esos momentos estaba muy eufórica,  estaba enamorada del amor otra vez, iba por los colegios a recitar. Entonces yo había abrazado una vida que antes no la había tenido entonces se nota en el libro.
¿Cuántos libros tienes escrito?
Tengo los dos mencionados y 'Retazos de amor y tierra'. Ese lo prologó Eladio San Juan, surge de la posibilidad de amar a la tierra al igual que amas a un ser humano. Es un libro que va muy mezclado, en realidad puedes hablar a la tierra y la puedes abrazar. Me considero una poeta romántica. El cuarto libro fue 'A flor de piel' es un libro más de amor y desamor, con poemas muy cortos. Todos mis libros tienen  algo relacionado  que hay que buscarlo, en todos está mi hija la que perdí.  'Tiempos de renacer' este surgió un día que sentía melancolía y de repente sentí algo que me impulsó a escribir y así surgieron los primeros borradores. Los escritores hacemos los borradores y después modificamos. Yo no modifico mucho. Don Juan Ramos me dio un consejo: 'Cuando alguien que escribe y después lo rectifica le puede llegar a matar el espíritu, toda la intención que has puesto y toda la espontaneidad'. Yo lo tengo muy encuentra. 
'La burbuja'  surgió de una noche que tenía fiebre y me sentía muy mal y de repente me sentí como en una burbuja con los poemas. Después surgió 'Entre dos cauces' es muy espiritual. En todos mis libros hay mucho espiritual. Influye mucho el estado de ánimo en el que te encuentras. María Jesús Vivas decía que nunca escriba una mano lo que el corazón no siente, cuando un poeta miente ni es poeta ni es humano. 'Perla Negra' es un libro de poesía social, que surge después de ver las atrocidades de la guerra de Bosnia. Le sigue 'La búsqueda de mi silencio'. El siguiente libro lo empecé a escribir el día que mi hija tenía que haber cumplido 29 años, se titula 'Navegando en el tiempo' y son 29 cartas en las que la traigo a la vida de alguna manera. Este es el más autobiográfico, la hago cumplir su primer año, hacer la comunión, tener sus primeros amores y le digo mientras yo viva tu vivirás. El prólogo es de Martín Panadero.
¿Y su última obra?
Desde el año 2000 no he vuelto a publicar. Está esperando para salir 'La voz del sueño',  la voz que cada hombre siempre lleva su costado. Es la voz de la infancia. Ahora me gusta mucho escribir relatos cortos de misterios y también cuentos infantiles
¿Cómo surgen los títulos de sus libros?
El título es lo primero que surge después comienzas a escribir.
¿Cómo elige los prologuistas?
He tenido la suerte de que todos los prologuistas los he elegido yo. Tengo la gran suerte de que nadie me ha dicho que no. Cada libro lo tengo para la persona adecuada.
De todos sus libros, ¿cuál es el libro al que le tiene mayor cariño y por qué?
Imposible contestarlo. Son parte de ti, de tu momento, de lo que has vivido. Todos son nacidos de ti. Para terminar quiero decir que se ha cumplido uno de los sueños más importante de mi vida, que después de caminar por el mundo estoy donde siempre he querido estar.
Gracias al periódico Hoy y a su corresponsal Loli Higuero, por entrevistar a un miembro del Ateneo Cultural y Social.