ARROYANOS EN NUEVA
YORK
Por D. Francisco
Javier García Carrero,
(Doctor en Historia).
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Ruth Matilda Anderson,
una estadounidense nacida en Nebraska, formaba parte de esa legión de viajeros
de habla inglesa que en los dos últimos siglos habían llegado a nuestra región buscando, la esencia del 'alma' de Extremadura y de los
extremeños.
El
pasado 5 de mayo de este mismo año la población de Montánchez inauguró una
exposición con la selección de 32 imágenes fotográficas realizadas por la
viajera y antropóloga norteamericana Ruth Matilda Anderson. Se trata de una
muestra que retrata la
Extremadura de 1928 y después de un viaje que esta artista
realizó por nuestra región en la que también arribó a nuestro pueblo. Durante
aquel año del todavía Arroyo del Puerco tomó diversas instantáneas referidas
fundamentalmente a los alfareros de la localidad (carga del horno, es su fotografía más conocida de aquel
viaje).
Ruth
Matilda Anderson, una estadounidense nacida en Nebraska en 1893, formaba parte
de esa legión de viajeros de habla inglesa que en los dos últimos siglos habían
llegado a nuestro país y a nuestra región buscando, bien por razones
históricas, bien por motivos espirituales o esencialmente románticos, la
esencia del "alma" de
Extremadura y de los extremeños.
Esta
fotógrafa fue contratada en 1921 por la prestigiosa Hispanic
Society of America, iniciando dos años después el primero de los
cinco viajes que realizó por España durante los años veinte del siglo pasado.
Fue durante el cuarto, entre el 29 de diciembre de 1927 y el 28 de abril de
1928 cuando recorrió con su cámara las regiones de Castilla y Extremadura, y
cuando llegó por primera vez a nuestro pueblo tomando algunas de las
instantáneas referidas más arriba y que estarán expuestas en Montánchez hasta
el 30 de junio de 2014.
Lo
que ya muchas menos personas conocen es que entre 1948 y 1949 Ruth Matilda
Anderson realizó otra larga expedición fotográfica a España, última ocasión en
la que la Hispanic Societyfinanciaría un viaje de
esta índole y en el que llegó, por segunda y última vez a nuestro pueblo. Las
imágenes que recogió de esta postrera gira difieren notablemente de su trabajo
anterior durante los años veinte. En este instante su interés se centró
exclusivamente en un estudio de los trajes típicos regionales.
Lo
importante de este viaje para nuestra localidad es que todo el reportaje que
realizó en Arroyo, con fotografías de arroyanos y arroyanas de aquellos años,
quedó plasmado en un magnífico volumen que fue editado en inglés en Nueva York
en 1951 y que, a pesar de su indudable interés antropológico, histórico y
cultural, ninguna institución regional, provincial ni local ha pensado
reeditarlo en nuestro idioma tal y como apareció hace 63 años, al menos que yo
conozca. Lo más parecido a ello se produjo en 2004 cuando el MEIAC de Badajoz, conjuntamente con
la HispanicSociety de
New York, editó un trabajo de Patrick Lenaghan, hoy día agotado, que tituló
"En tierras de Extremadura. Las fotos
de Ruth Matilda Anderson".
El
libro, "Spanish Costume.
Extremadura", es un ejemplar de sobria elegancia por su
magnífico papel, su admirable impresión y una nítida reproducción del mapa de
nuestra región y de las 393 fotografías que contiene. A todo lo anterior se
suma una encuadernación firme y exquisita. Volumen que, por consiguiente,
convierte a sus dueños, en Arroyo de la
Luz a Vicente Ramos, en el poseedor de un magnífico tesoro
que legará a sus descendientes.
No
es este libro, por lo que pudiera parecer a juzgar por su título, un mero
estudio del traje popular y típico de Extremadura, sino también una clara
exposición perfectamente documentada del costumbrismo popular, al que se une, y
en el caso de Arroyo resulta evidente, el paisaje, el suelo, los monumentos y,
sobre todo, las personas que conformaban la comunidad arroyana de aquellos
años.
En
Junio de 1949 se encontraba Ruth Matilda en la capital provincial cuando las
jóvenes de la Sección
Femenina de la
Falange de Cáceres le hablaron de un pueblo llamado Arroyo de
la Luz. El
nombre, como perfectamente indica la antropóloga, le resultaba por un lado
"familiar" y por otro
"extraño", ya que
ella lo había conocido como Arroyo del Puerco en su anterior estancia.
Abandonada la capital inició un trayecto hasta nuestra población. Antes de
llegar se detuvo en lo que ella denomina "Dehesa de los Arenales", una extensa llanura con
diversas estancias arquitectónicas que diez años antes, durante la Guerra Civil, habían
servido de campo de concentración de presos republicanos y que hoy alberga un
magnífico hotel. Allí realizó las primeras instantáneas para retratar a los
pastores con su indumentaria y sus inseparables perros.
Llegó
a Arroyo a las 12 horas del día de San Juan. En el corazón del pueblo, afirma
Ruth, se encuentra la "granítica"
iglesia de Nuestra Señora de la
Asunción, edificio que demuestra que "Arroyo no es una comunidad rural corriente",
ya que conservaba los cuadros de Morales, uno de los pintores más afamados del
siglo XVI. Otro de los "monumentos"
que no escapó de su objetivo fue la plaza de toros, construida de tablones y
definida por la fotógrafa como un "insólito
despliegue de madera".
El
Ayuntamiento lo describió como "severo
y espacioso" No pudo recibirla el alcalde pero sí uno de los
concejales y el secretario Juan Luis Cordero Gómez que le obsequió con la Revista de Ferias y
Fiestas del año 1948, ejemplar que Anderson guardó entre sus pertenencias y
trasladó hasta su país formando parte de lo que posteriormente conformó su
magnífica biblioteca personal. En esa revista había escritos, además de
composiciones poéticas de de Cordero Gómez, de Juan Ramos Aparicio, Fernando
Bravo y Bravo, Juan Milán Cebrián, Miguel Borrachero y José Canal, entre otros.
Posteriormente
se centró en lo que era el verdadero sentido de su viaje: el traje regional.
Cuando llegó a Arroyo en 1949 observó grandes cambios exteriores no observados
en sus expediciones anteriores. Confirmó la pérdida total del uso del traje
típico, reservado definitivamente para ocasiones muy puntuales. No le quedó
otro remedio que buscar en los arcones de las abuelas donde se conservaban las
vestimentas y con ello organizar una sesión fotográfica con varias jóvenes de
la localidad que no tuvieron ningún reparo en ataviarse a la antigua usanza
para poder documentar el reportaje.
Fue,
por tanto, la tarde de San Juan cuando cinco jóvenes en una "azotea con tiestos de geranio y helechos de
espárragos y las ramas de un gran naranjo" el escenario para
plasmar varias instantáneas que viajaron hasta Nueva York. A pesar del sol que,
según Rut Matilda, era abrasador, las jóvenes aguantaron con gran paciencia
toda la sesión fotográfica "envueltas
como estaban en pesadas prendas".
De
esta manera, el libro de Ruth Matilda Anderson, Spanish
Costume. Extremadura, with a map and 393 illustrations, printed by
order of the trustees, New York, 1951, se convirtió en el primer y más serio
intento de producción científica sobre el traje regional. El hecho que
aparecieran diversas revisiones en revistas especializadas durante el año de su
publicación y posteriormente, confirmaron el éxito del tratado en el ámbito
anglosajón y muy escaso en la
España de la dictadura. Únicamente la Dirección General
de Archivos y Bibliotecas, boletín nº 87, enero-febrero de 1966, se hizo eco
con un breve artículo de algo más de una página que tituló "La
Hispanic Society of America y sus ediciones".
Hoy
día el olvido de Rut Matilda Anderson parece que está llegando a su fin, la
propia exposición de Montánchez así parece reflejarlo. Ojalá nuestra
corporación municipal pudiera hacer las gestiones pertinentes para que muy
pronto Arroyo de la Luz
también pueda admirar estas instantáneas que forman parte de nuestro pasado más
reciente ya que también son un poco nuestras, como ha quedado demostrado en
este artículo.
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Gracias,
a D. Francisco Javier García Carrero,
por desvelarnos los necesarios conocimientos de la historia de nuestro querido
pueblo.
Ateneo
Cultural y Social.
Arroyo
de la Luz