martes, 25 de agosto de 2009

HA MUERTO UN POETA

Yo herido de sentimiento
y tú a solas con tu alma
camino del Cementerio.
¡El último brindis, Juan
entre la tierra y el Cielo!
***
El 23 de agosto de 2009, ha muerto el poeta y profesor D. Juan Ramos Aparicio, sus restos reposan en el Cementerio de Arroyo. D. Juan Ramos, nació en Arroyo de la Luz, el 29 de agosto de 1915, ejerció su profesión de Maestro Nacional, en Alcántara y Arroyo de la Luz entre otras localidades. Hasta su jubilación, alternaba su profesión con la de poeta, sus versos de gran calado lírico, nos han dejado poemas en carne viva de suave y profunda musicalidad, ha cantado a la Virgen de la Luz, a la moza arroyana, al campo extremeño, a la herida de la ausencia. Sus libros entre otros, son: El último brindis, A solas con mi alma, Descripción de las Calles de Arroyo de la Luz, etc.
***
Mostramos una breve reseña de alguno de sus versos:
***
Este verso , Señor, que ha florecido
en mi alma repleta de amargura,
es la flor que se abrasa en calentura
y perfuma tu cuerpo estremecido.

Temblor de incomprensión; sólo te pido,
si pecador, perdón por mis agravios;
y en la Cruz generosa, sean tus labios
los que den mis pecados al olvido.

Sé también que tu herida es manantial
de donde fluye el agua, mansa y pura,
que refresca mi boca, en su cristal.

Imagen de ilusión; por tus favores,
accede a que, postrado de rodillas,
ufano entone un himno a tus loores.
***
Desde este Ateneo de Arroyo de la Luz, nos unimos al dolor de la familia, y sentimos de corazón tan inmensa pérdida, D.E.P.
***
Poeta Juan, ¡qué silencio!
Entre tu casa y mi casa
ya sólo queda el recuerdo.
Entre cariño y nostalgia
nos habla de amor tu verso.
***
Ateneo.

ELEGÍA

A Juan Ramos, mi amigo.
***
Entre moradas túnicas, dormido,
te fuiste compañero muy callado,
sin un leve reproche ni un quejido
como se va la escarcha del tejado.

Besando la mañana tú te has ido
con una melodía siempre al lado
que suena todavía en mis oídos
a verso de requiebro enamorado.

Escucho de la oveja malherido
el profundo balido desdichado
que viene de los campos confundido
con la voz de un fandango desgarrado.

Llora el campo y, la tórtola en el nido,
es un fuego de amor tan apenado
que el arrullo convierte en un quejido
por las ramas de encina perfumado.

Poeta, Juan, me han dicho que te has ido,
porque yo aunque te vi serio y callado
al mirarte pensé que estabas vivo,
que dormías tu siesta relajado.

El corazón me cuelga como un nido
y en él te quiero siempre recostado,
alejado de penas y de olvidos
y hablándome del verso musicado.

Del verso con que siempre hablé contigo,
del brindis del poeta enamorado
de la luz de tu Arroyo tan querido,
del que siempre me hablabas fascinado.

Recitando tus versos he sentido
la caricia de un beso decorado
con lirios y azucenas hechos nido
en tierno escalofrío respirado.

Tú no te has ido, Juan, querido amigo,
porque estás esculpido al encerado;
los bancos de la escuela son testigos
del amor que te tiene el alumnado.

Una paloma blanca te ha tejido
un ramo que en la tumba te ha dejado,
y yo te dejo el verso, buen amigo,
en el haz de mi pena tatuado.

Tú no te has ido, Juan, mi buen amigo,
tu eres pueblo y poesía y, a mi lado,
vivirás en el verso entretejido
y en el rojo latir de mi costado.

Poeta, Juan, tu rosa se ha dormido,
ya eres Ángel de Dios, quizá a su lado.
Recítale tus versos encendidos
y verás como escucha emocionado.

¡ Aún me cuesta creer que te hayas ido,
pero la ley divina te ha enviado
envuelto en arreboles y esparcido
en ese azul de Dios condecorado !

¿Por qué llorar, Juan, si entristecido
no puedo ver las cosas que has dejado
en este pueblo tuyo embellecido
con la Luz de un Amor privilegiado?
***
E. San Juan.

Publicamos poemas recibidos en este Ateneo, dedicados al poeta fallecido:

IN MEMORIAM
Juan Ramos 23-08-2009

SE NOS FUE
Se nos fue.
Se nos fue un hombre bueno,
un buen maestro.
le llegó la hora,
nunca bien el momento,
aunque años duraderos
nonagenarios
y bien llevados
sus años y sus sueños.
Le llegó la hora,
al de la vasta memoria,
al de bondad en los ojos,
al elegante, respetuoso,
al del deleite en el verbo,
al de fluidez en el léxico
para exponer,
para convencer,
para resolver
letras, litigios,
paz, orden,
prosa, versos en silencio.
Se nos fue,
hoy perdemos
al fácil elogio,
al de siempre dispuesto,
al de la luz, el himno,
al pregonero,
al prologuista,
al prosista,
al poeta del pueblo
siempre en el recuerdo.
***
Alonso Ramos.

PRENSA: HOY- LECTORES (CUÉNTANOS)
Carta abierta a Juan Ramos Aparicio.
José Antonio Calderón Alonso.
***
Transcurridos unos días de tu fallecimiento, me cuesta todavía asimilar tu ausencia.No repuesto emocionalmente de tan triste e irreversible circunstancia, me permito dedicarte a manera de póstumo homenaje estas letras en las que van implícitas el cariño, admiración y profundo respeto que siempre me inspiraste. Cada día alimenté la esperanza y me aferré al deseo ferviente de que se obrara una notable mejoría en tu grave y dolorosa enfermedad. Con tu fallecimiento y en lo que atañe al plano personal, reconozco haber perdido a una de las personas más carismáticas y bondadosas que he podido conocer en mi vida. Inteligente, ameno conversador, extrovertido y caballero lleno de humanidad y amabilidad contrastada, supo ser accesible a cuantos solicitaron su ayuda teniendo en todo momento el consejo acertado y la opinión esclarecedora para el confidente y tertuliano de turno. Amante de su familia, leal a sus amigos y devoto ferviente hasta el final de su vida de la Virgen de la Luz, fue un enamorado fiel a su Arroyito luminoso y querido. Deja tras de sí la huella inconfundible de su prolifera pluma, a través de la cual y en cada uno de sus escritos, dio a conocer su talla humana y espiritual. Hijo predilecto de Arroyo de la Luz, fue premiado en diferentes ocasiones con otras distinciones que han servido para refrendar la honestidad y el recto proceder observados como ciudadano y maestro ejemplar. Arroyo de la Luz pierde en Juan Ramos Aparicio a uno de sus hijos más ilustres y al maestro que modelara con cariño y paciencia la inteligencia y el espíritu de ese incontable número de alumnos que poblaron los pupitres de las escuelas donde ejerció su magisterio. Descanse en paz en esta tierra que le vio nacer y que ahora le brinda su lecho y su descanso. Que la Virgen de la Luz le guarde y bendiga.

Arroyo de la Luz, 13 de septiembre de 2009
J. A. Calderón Alonso.

La muerte de un maestro y poeta

Soy un extremeño de la ausencia, de Jaraicejo (Cáceres). Resido en Barcelona,donde soy profesor de Lenguas de la ESO. A veces, suelo introducirme en internet para enterarme de asuntos de nuestra patria chica, Extremadura. Allí he leído la luctuosa noticia de la muerte de D. Juan Ramos Aparicio. La noticia me ha hecho tremular mi alma sensible como tierno ciprés azotado por un violento vendaval. ¿Por qué? Porque yo soy también extremeño, profesor, poeta y... Ramos. Y me ha venido a la mente un poema de mi tercer libro "Ramos de rimas", donde tengo u poema en el que rindo homenaje al maestro. También he leído que desean gente que pueda contribuir a su Ateneo. Tengo tres libros publicados ya agotados y otro inédito. En internet, marcando mi nombre ,Wenceslao Mohedas Ramos, tienen ustedes abundante poesía por si les puede ser útil
para una revista, un recital o lo que haga falta. Tienen mi permiso para aprovecharla. Sin más, mis condolencias por la muerte de D.Juan Ramos y un fuerte y afectuoso saludo de este extremeño que, aunque lejos físicamente, está muy cerca de su tierra extremeña
Wenceslao Mohedas Ramos
He aquí el poema homenaje a D. Juan:
A mi maestro extremeño

Por maestro, por “padre”, por amigo,
te dedico este lírico homenaje:
un poema compuesto con bagaje
de recuerdos, vivencias... que bendigo.

Me sembraste, maestro, la semilla
del cultivo ideal, que es la cultura,
en parcelas mentales con ternura,
con el lápiz, la goma, la cartilla...

Dirigiste mis pasos inmaduros
por las sendas angostas de las frases
y, al compás de tus pasos y tus clases,
fui ganando horizontes más seguros.

Me enseñaste a soñar con otros mundos
más allá de costumbres y rutinas
y a volar tal las leves golondrinas
por azules celestes más profundos.

Me alumbraste –tal faro- mi sendero
en la noche sin luna de mi infancia;
disipaste mis sombras de ignorancia
con la luz de tu espíritu sincero.

Me rompiste en pedazos la pereza
- telaraña en las mentes infantiles -;
deshilaste los hilos tan sutiles
de la venda interior de mi cabeza.

Me iniciaste en el culto a los saberes
en el templo sagrado de la escuela;
despertaste mi mente en duermevela
con la espuela especial de los deberes.

Me libraste con libros del hastío
de esas almas vacías de inquietudes,
cultivando cosechas de virtudes
culturales en campos de baldío.

Me colmaste el vacío recipiente
de mi mente sedienta de sapiencia
y calmaste de angustias mi existencia
con efluvios fluviales de tu fuente.

Me prendiste la llama del lirismo
-¡fervorosa pasión por la poesía!-
que tornó mi tristeza en alegría
y, en amor solidario, mi egoísmo.

Me plantaste ilusiones, ideales,
sentimientos... en tierra de bonanza
y ya apunta hacia el cielo mi esperanza
por encima de bienes materiales.

Resolviste las dudas, los problemas
que cubrían mi vida de ceniza;
con la nívea blancura de tu tiza,
me pusiste en claro mis dilemas.

Tú le diste a mi vida otro sentido
más ameno, más pleno, más sublime
y mi pluma, maestro, te redime
de las sombras voraces del olvido.

A tan alta labor, qué bajo precio;
tu sudor interior no ve el ingrato
y te paga tu esfuerzo tan barato
por cosecha invisible para el necio...

Tu recuerdo indeleble va conmigo
como un grato e ingrávido bagaje
y estos versos son lírico homenaje
al maestro y al padre y al amigo.

Wenceslao Mohedas Ramos
Jaraicejo (Cáceres)
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In Memoriam, Juan Ramos Aparicio.
El pasado sábado, 26 de septiembre de 2009, tuvo lugar la misa en recuerdo del poeta arroyano una vez cumplido el primer mes desde su fallecimiento.
¡Qué lástima, don Juan! Marcharse sin haber conocido la calle de Arroyo, su Arroyo, luciendo su nombre en letras mayúsculas. No obstante, me consta, en ese despropósito no todos tienen el mismo grado de culpabilidad. Somos muchos los que pensamos que pocas personas en nuestro pueblo merecen más que DON JUAN RAMOS APARICIO, POETA, este galardón.
Francisco Javier García Carrero.
María jesús Sánchez Carrero.
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